Ideas para escaparse en verano y conocer arquitectura

FECHA

02.08.2023


En este mes de agosto de inactividad académica, nos planteamos la posibilidad de viajar toda vez que seguimos conectados a la arquitectura. De entre los arquitectos que forman parte de los programas MArch, encontramos que algunos de ellos han desarrollado proyectos que posteriormente se han utilizado como espacios vacacionales.

Uno de ellos es obra del estudio Aires Mateus, quien cuenta, entre otros, con el proyecto de Cabanas no rio. Situadas en Portugal, en la ribera del río Sado, a la altura de Comporta, un muelle de madera sirve como punto de partida. Se trata de dos cabañas de madera reciclada que fueron construidas en un taller y transportadas en camión a su ubicación final. El proyecto de las cabañas, que cambian con el tiempo al estar completamente expuestas, se basa en gran medida en la madera, un material altamente corruptible con el tiempo. La relación entre las cabañas y su entorno también la establecen las constantes referencias al río, al muelle y al mundo de la navegación.

En la bonita zona de La Garrotxa, comarca de la provincia catalana de Gerona, en España, se encuentra uno de los espacios gastronómicos y hoteleros más atractivo de la península. Se trata del proyecto de Les Cols, que aúna restaurante con estrellas Michelín y pabellones con habitaciones, obra todo del estudio premio Pritzker RCR Arquitectes.

La disposición de los pabellones parte de la morfología de las huertas, que se sitúan junto a uno de los muros de piedra que cierran el recinto. Las cañas de acero verde sirven como cerca perimetral alrededor del complejo. Las cajas de las habitaciones se colocan en los espacios más amplios y los pasillos se colocan en los espacios más estrechos. Todo en ellos es transparente, incluido el suelo, las paredes y el techo. Solo hay una alfombra de rayas verdes; no hay muebles. Mientras que las bañeras, rellenadas con piedras, evocan el frescor de los arroyos, en los baños no hay lavabos, solo palanganas por los que fluye el agua, mostrando una clara inspiración japonesa.

Un fantástico proyecto del arquitecto y ponente de MArch Emilio Tuñón, flamante Premio Nacional de Arquitectura, es el del hotel Atrio, en Cáceres. No sólo por su diseño, sino también por su carácter regenerador en el punto en el que se ubica en Cáceres. Con el mismo Tuñón+Mansilla generaron un lenguaje que luego retornaría a la ciudad con el Museo Helga de Alvear.

Una pieza rectangular y una gran casa de los años 80 forman el conjunto, que mantiene las alturas y volúmenes de ambos edificios, y ha restaurado sus fachadas exteriores de mampostería. La adaptación del proyecto a la contemporaneidad se manifiesta en las fachadas que dan al patio central, donde se utiliza hormigón blanco, vidrio y madera de roble en lugar de la mezcla heterogénea de piedras locales de la mampostería original. En el interior, en planta baja, se encuentran la recepción, el bar y el restaurante. El restaurante y los pasillos que conducen a los dos pisos de habitaciones ubicados sobre él se abren al patio central, que sirve como punto vertebral de la propuesta. Las fachadas de estas habitaciones están formadas por una secuencia rítmica de pilares de hormigón blanco, que están salpicados por grandes ventanales. La azotea tiene dos piscinas pequeñas, un solárium y una terraza. El patio interior cuadrado y una parte de la terraza están protegidos de la luz solar directa por una pérgola, también de hormigón.

Otro proyecto también del estudio lisboeta Aires Mateus, situado también en Comporta, es el de Casa na Areia. El proyecto fue una respuesta a una serie de circunstancias muy específicas, pretendiendo convertir una colección de cabañas de pesca en ruinas en un hotel compacto que satisficiera las demandas de comodidad contemporáneas sin perder de vista sus raíces vernáculas.

De acuerdo con esta teoría, se rescataron las piezas existentes; dos de ellos fueron construidos con muros de mampostería encalada, y los otros dos fueron blindados con cerco de madera local. Con cubiertas inclinadas y permeables, los cuatro volúmenes se protegen de la lluvia, un método típico portugués de esta región de la costa atlántica que consiste en varias capas de paja estabilizadas con tablones y sostenidas por un delgado marco estructural. Los usos de las piezas estaban determinados por sus tamaños y su ubicación entre sí. Los dos edificios más grandes, ambos resueltos con un cerramiento de lamas de madera, albergan un pabellón con dos estancias y un espacio de usos comunes, mientras que las piezas más pequeñas, encaladas, se destinaron a habitaciones individuales.

Una última sugerencia para este verano de 2023 se ubica nuevamente en Cataluña y vuelve a tratarse de un proyecto que en parte ha sido diseñado por el prestigioso estudio RCR Arquitectes. Ya lo mencionamos en el pasado mes de abril cuando recibió el distintivo LEED Gold (el más importante certificado de sostinibilidad en el mundo). Se trata del Peralada Resort, que incluye las bodegas.

Aprovechando un castillo del siglo XIV, el resort se apoya en las bodegas diseñadas por RCR Arquitectes para ofrecer a sus huéspedes experiencias que giran alrededor del vino y la cultura. Además, el espacio, que cuenta con unos colosales jardines, campo de golf y otros espacios para el ocio, está equipado con el restaurante Castell Peralada Restaurant, dirigido por el chef Javier Martínez y que ostenta una estrella Michelin.


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