Diseño de producto hecho por arquitectos
FECHA
18.12.2025
A lo largo de la historia, muchos arquitectos han trasladado su lenguaje y pensamiento espacial al diseño de producto, aplicando forma, materialidad y función a objetos cotidianos.
Ejemplos históricos de gran relevancia incluyen a Gerrit Rietveld, con su icónica Red & Blue Chair, que combinaba la abstracción del movimiento De Stijl con una estructura funcional y expresiva; Mies van der Rohe, cuya Barcelona Chair sigue siendo un referente de elegancia y proporción en el mobiliario moderno; y Frank Lloyd Wright, que no solo diseñó edificios sino también muebles, como la Barrel Chair de la Casa Robie, integrando sus principios de arquitectura orgánica en objetos domésticos. Estos primeros ejemplos demuestran cómo el pensamiento arquitectónico puede influir en la escala más íntima, aportando rigor formal y coherencia estética a los productos.
En la actualidad, esta tradición se mantiene viva con arquitectos contemporáneos que aplican sus conceptos espaciales y materiales al diseño de producto. Un caso destacado es Mansilla + Tuñón, que ha diseñado una serie de bancas modulares para Escofet, pensadas para espacios públicos. Estas piezas reflejan la sensibilidad arquitectónica del estudio: formas simples y versátiles que pueden configurarse según distintas necesidades urbanas, a la vez que mantienen un carácter visual coherente con su entorno. Esta aproximación muestra cómo los arquitectos pueden intervenir en el mobiliario urbano con la misma reflexión que aplican en sus edificios.
Otro ejemplo contemporáneo relevante es el trabajo de Kengo Kuma, quien ha trasladado su filosofía de arquitectura cálida y sensible al entorno a objetos más pequeños, como vajillas y objetos de madera de su colección Teikuu, así como a mobiliario diseñado para Gandia-Blasco. Sus piezas exploran la materialidad natural y la textura, manteniendo la misma atención al detalle y sensibilidad táctil que caracteriza sus edificios, demostrando que un arquitecto puede crear productos que son al mismo tiempo utilitarios y poéticos.
Álvaro Siza ha diseñado lámparas que reflejan su claridad formal y elegancia minimalista, donde la luz y la proporción se combinan para generar objetos escultóricos que son funcionales y estéticamente refinados. De manera similar, Fran Silvestre Arquitectos ha desarrollado colecciones de mobiliario para Gandia-Blasco, incluyendo sillas, mesas y bancos que trasladan el lenguaje de sus proyectos arquitectónicos a escala doméstica y exterior, manteniendo la misma pulcritud formal y el equilibrio entre estética y funcionalidad.
Estos ejemplos evidencian que el diseño de producto realizado por arquitectos no se limita a la reproducción de mobiliario, iluminación u objetos decorativos, sino que constituye un verdadero campo de exploración donde la arquitectura se experimenta en escala reducida. Desde los iconos históricos de Rietveld, Mies o Wright hasta las soluciones contemporáneas de Kuma, Mansilla + Tuñón, Siza o Fran Silvestre, queda claro que la formación arquitectónica aporta una mirada singular: la de concebir el espacio, la forma y los materiales de manera integral, aplicada tanto a edificios como a los objetos que los habitan o complementan.
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