Galería en la abadía de Groeninge en Cortrique por Barozzi Veiga

FECHA

30.04.2025

Este ambicioso encargo parte de una visión amplia de lo que significa identidad, articulando una intervención que respeta el pasado mientras proyecta nuevas formas de habitar lo cultural. El resultado es un complejo renovado y ampliado que albergará exposiciones temporales y eventos públicos, todo ello en un enclave de alto valor patrimonial y natural, rodeado por el parque Begijnhof en pleno centro urbano.

La propuesta arquitectónica se despliega en varios niveles, con el objetivo principal de preservar y valorizar la estructura original de la abadía. Se rehabilita la capilla y los antiguos dormitorios, rescatando su espacialidad original, y se complementa el conjunto con un espacio expositivo subterráneo que permite desarrollar un programa museístico contemporáneo sin alterar el volumen histórico. Asimismo, se recupera el antiguo patio interior y se inserta un nuevo jardín, reforzando la dimensión doméstica y contemplativa del conjunto, en línea con la vocación de abrir el museo a un público diverso y convertirlo en parte activa de la vida urbana de Cortrique.

Uno de los gestos más visibles y significativos del proyecto es la incorporación de un nuevo pabellón en el parque. Este volumen, compacto y cuidadosamente diseñado, dialoga con el conjunto mediante una geometría clara: una pirámide truncada que remite a la verticalidad de las cubiertas tradicionales del entorno. Su ubicación ortogonal respecto al edificio existente responde a una lógica compositiva precisa, que reinterpreta la disposición monacal sin replicarla. Materialmente, el nuevo volumen se presenta con una piel de ladrillo oscuro, que le otorga identidad propia dentro del conjunto, reforzando tanto su autonomía como su integración respetuosa.

Con esta intervención, Barozzi Veiga vuelve a demostrar su capacidad para generar arquitectura contemporánea en diálogo con lo histórico, con una sensibilidad que equilibra solidez conceptual y ejecución precisa. El proyecto de Cortrique no solo redefine el uso del antiguo monasterio, sino que también contribuye a reforzar el papel del arte y la arquitectura como herramientas para revitalizar el tejido urbano. Una nueva pieza en la trayectoria de un estudio que ha hecho de la sutileza, el contexto y la emoción sus principales señas de identidad.

MARCH VALENCIA | ARQUITECTURA Y DISEÑO

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